jueves, 17 de diciembre de 2009

Sanidad en EEUU: un 'chequeo' previo

Afirma Pedro Soriano en 'Mitos y realidades sobre la reforma sanitaria norteamericana (II)' que es un "imperativo (imperativo moral, si se quiere) extender al máximo la cobertura sanitaria para conseguir que los millones de personas que carecen de seguro médico en EEUU puedan disfrutar de este derecho". Es más, asegura que la diferencia entre los partidarios y los contrarios a la reforma es que los primeros "creen que el acceso a los servicios médicos vía seguro público o privado es un derecho, mientras que los segundos no".

Una afirmación tan rotunda creo que necesita alguna matización (1). Además, pienso que servirá de ayuda a algunos lectores despistados que leyendo la prensa europea no logren entender algo que Pedro Soriano tampoco acaba de explicar en sus sucesivos comentarios: si es cierto que el Obamacare o una Seguridad Social a la europea tiene tantas ventajas respecto a la actual situación en EEUU, ¿por qué el apoyo a esta reforma, promovida por un presidente con una alta popularidad, sigue sin despegar en las encuestas? ¿Es que los estadounidenses son malos, tontos o que la cosa no es tan maravillosa como nos la están vendiendo?

Lo primero que me gustaría dejar claro es que entre Pedro Soriano y yo la diferencia no está tanto en el diagnóstico como en el remedio. Yo también creo que el sistema sanitario en EEUU deja mucho que desear: es caro y no cubre a un alto número de estadounidenses. Lo que no está tan claro es que la solución a estos problemas sea la que defiende mi interlocutor. Pedro Soriano, en un error clásico del pensamiento socialdemócrata, infiere que si algo no funciona es porque no hay suficiente intervención del Estado. Es el mismo equívoco por el que llevamos medio siglo incrementando los presupuestos educativos y cambiando las leyes escolares mientras cae el nivel de la enseñanza: 'Si algo va mal, hagamos un plan público y metamos más dinero... y cuando vaya a peor, digamos que es porque no nos hemos legislado lo suficiente o porque hace falta más dinero... y hagamos un nuevo plan'.

En mi opinión, éste es el quid de la cuestión, y la razón por la que muchos americanos no quieren que les toquen el actual sistema. Saben que no es perfecto (incluso, muchos piensan que es muy mejorable), pero no confían en absoluto en que una intervención estatal lo vaya a solucionar y temen, con razón, que el nuevo plan (sea bueno, malo o regular) les costará mucho dinero.

Respecto a las frases con las que abríamos este comentario, me parece que Pedro Soriano nos debe alguna explicación. Este tipo de expresiones -imperativo moral, extender al máximo la cobertura, derecho- requieren de un mínimo de contenido; si no, algunos podrían pensar que son simplemente palabras para calmar la conciencia, algo común en el pensamiento único socialdemócrata que nos rodea, pero que no es propio del creador de éste nuestro blog.

Porque, ¿qué quiere decir Pedro Soriano cuándo habla de "extender al máximo" la cobertura? Sabemos que la sanidad pública española no cubre (o no lo hace con la suficiente rapidez) todos los tratamientos para las enfermedades más graves. No es extraño ver como nuestros artistas, empresarios o deportistas acuden a clínicas privadas americanas para curarse de sus dolencias más complicadas o peligrosas. Es evidente que estos viajes se realizan porque nuestros adinerados compatriotas piensan que la atención en aquella sanidad privada es mejor que en esta sanidad pública. Por lo tanto, Pedro Soriano debería explicar cuál es el máximo que es "imperativo moralmente" que los poderes públicos financien: el del hospital de Houston al que acudió Rocío Jurado o el de la sala de Urgencias de la Paz.

En esta línea, Pedro Soriano dice que la imagen correcta para ilustrar la mala situación de la sanidad en EEUU es la "del pobre que fallece en el hospital por un cáncer o una enfermedad que se podría haber descubierto en un chequeo rutinario". En contraposición afirma haber demostrado "empíricamente" que el sistema sanitario español es mejor que el norteamericano.

Dos preguntas sencillas, para saber la extensión de su creencia:

1. ¿se ha parado a pensar en cuántos pobres españoles fallecen en el hospital (público, por supuesto) por un cáncer o una enfermedad que se podía haber descubierto u operado mientras estaban en lista de espera?

Y, 2. ¿tiene Pedro Soriano contratado algún seguro médico privado? No quiero meterme en la vida privada de mi querido compañero de blog... puede no contestarme si no quiere. Sólo hago esta pregunta porque estoy habituado a que los defensores más ardientes de la sanidad o la educación pública lleven a sus familias a colegios u hospitales privados. De nuevo, el pensamiento socialdemócrata busca tranquilizar su conciencia: 'démosles educación gratuita a todos, así pensaré que estoy en una sociedad más justa... mientras, yo llevo a mis retoños a donde sé que les darán una formación de verdadera calidad'.

La segunda afirmación que me gustaría que Pedro Soriano explicase con algo más de profundidad es la referida al "derecho" a la atención sanitaria. Tengo entendido que todos los americanos ya tienen derecho al "acceso a los servicios médicos vía seguro privado"; lo único que tienen que hacer es pagarlo.

Sé que a lo que se refiere nuestro blogger es a un derecho 'efectivo': es decir, a que se lo paguen si no tiene suficiente dinero. Pero, claro, volvemos al terreno de lo inconcreto. El artículo 47 de la Constitución Española reconoce el "derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada". Lo que todavía nadie ha logrado explicar es qué se entiende por "digna y adecuada", ¿cuántos metros tiene que tener? ¿cuánto debe costar? ¿con luz, agua, gas, televisión, aire acondicionado? ¿qué nivel de ingresos capacita para optar a una casa gratis? ¿por qué los sorteos de VPO sólo cubren a un mínimo de solicitantes cuando todos cumplen los requisitos?.

Cuestiones similares podrían generarse acerca del sistema sanitario público: ¿qué debe cubrir ese derecho a un seguro privado? ¿el seguro mínimo que ofrecen las compañías? ¿si la salud no es cuestión de dinero: no deberíamos tener "todos derecho" a los paquetes premium? Y, en el caso de que el Estado pague sólo a aquellos con bajos ingresos, ¿cuál es el mínimo para empezar a pagar? Según el ejemplo de Pedro Soriano, una familia que gana 2.176 dólares mensuales no puede pagar un seguro de 907 dólares... ¿por qué? ¿cuánto debería ganar? ¿3.000? ¿5.000? ¿qué parte debe aportar el Estado?

Evidentemente, no pretendo que mi querido Pedro responda exhaustivamente a todas mis preguntas. Las dejo en el aire, aunque parezca que se las dirijo a él. Con todas ellas, lo único que quiero es dejar claro que el debate no está tan cerrado como pretende... y que los que mantenemos posiciones diferentes a la suya no somos "llamativamente inmorales".

En mis dos próximos comentarios (2), intentaré dar algunas pistas más de cuáles son los principales problemas del sistema sanitario en EEUU en la actualidad (derivados, casi todos, de la excesiva regulación y la falta de competencia propiciadas por la intervención de los poderes públicos) y hacia dónde creo que debería dirigirse la solución correcta. Voy adelantando que, en este momento, yo apostaría por una especie de cheque sanitario igual para todo el mundo, sufragado por el Estado y con el que luego cada uno iría a elegir el seguro que mejor se adaptase a sus necesidades (y que podría complementarse, evidentemente, con paquetes premiums). Creo que algunas de las propuestas hechas hasta el momento por los comités de ambas cámaras apuntan en esta dirección, esperemos que tengan éxito y que no desvirtúen la naturaleza de esta figura con una legislación excesiva.

(1) No pretendo iniciar una inacabable polémica sobre este tema. No me gustan nada los blogs que hablan todo el rato sobre sí mismos y se enzarzan en peleas que sólo los que están implicados pueden seguir. Pero creo que, en este tema, la contraposición de planteamientos tan diferentes como los que sostenemos Pedro Soriano y yo puede ayudar al lector a hacerse una visión de conjunto del problema desde diferentes puntos de vista.

(2) Sé que mi anterior post parecía anticipar una serie de artículos sobre diferentes aspectos de la sanidad en EEUU que creo que no están lo suficientemente explicados en la prensa europea (lo no asegurados, el porqué del sobrecoste respecto a otros países, cobertura de los seguros,...). Sin embargo, después de haber leído los comentarios de Pedro, creo que una visión más general, que explique las alternativas a lo que parece la única solución (planificación estatal de arriba a abajo del sistema sanitario) es más interesante que los análisis parciales. Dejo aquel post colgado y me arriesgo a sufrir el escrutinio (por otro lado, muy inteligente y bien documentado) de mi querido compañero. Sólo un matiz, ni me adhiero ni me gusta especialmente la famosa columna de Jorge Soley. Creo que tiene algunos elementos positivos, pero conviven con algunos comentarios y análisis, destacados de forma adecuada por Pedro, bastante desafortunados.

1 comentario:

Sara dijo...

A la pobre Rocío Jurado no le sirvió de mucho su viaje a EEUU. Otros con las mismas posibilidades económicas han preferido el Clínic de Barcelona para tratar sus dolencias.
En cuanto a mí, tengo un seguro privado para ir al dentista y hacerme radiografías, pero ante un cáncer o cosa parecida no dudaría ni un momento en acudir a la sanidad pública española.

Saludos.